Castañas...y recuerdos

L'Escala, el 31 de Octubre de 2014.

La época de las castañas ha llegado. De momento las temperaturas no son lo suficientemente frías como  para disfrutar totalmente de su calor, pero paciencia, el invierno llegará.

Es interesante como a veces las tradiciones se pueden comprender, según  la Medicina Tradicional China: La castaña tonifica y calienta la Energía de los Riñones; y esta energía tiene una relación estrecha con nuestros antepasados. Y en Occidente, como aquí, en Cataluña, asociamos muchas veces la castaña al día de los Muertos, es a decir a la época del recuerdo, del homenaje, a la gente querida que se ha ido  y por supuesto a nuestros ancestros.

Es una época donde podemos sentir mucha pena si el duelo todavía es reciente o muy doloroso, o nostalgia, cuando el tiempo ha hecho su trabajo de duelo. Es normal; y además se relaciona con el momento estacional. Imagináis un día de los muertos en pleno verano? Para vivirlo más internamente, hay que seguir la caída de las hojas y la disminución de la luminosidad, que se acompañan con noches más largas. Hay que entrar en este ritmo que lentamente nos lleva al Yin del Yin, el invierno.

Con mi práctica, estoy muy relacionada con el trabajo ancestral; tiene mucho que ver con los tres pilares que son el taoísmo, el confucionismo y el budismo, o mejor dicho, las tres espiritualidades de los Chinos; sin olvidar, por supuesto, la raíz larga y profunda del chamanismo .

Siempre sentí la importancia de los ancestros, incluso mucho antes de estudiar MTC. Recuerdo de niña reflexionar sobre los padres de mis abuelos: qué hacían , donde vivían? Tuve la suerte de conocer a una bisabuela, quien tenía un carácter muy especial,  y una vivencia no banal. Siempre me apasionó el pasado aventurero de todos mis antepasados, nacidos en un país, fallecidos en otro, uno quien vio a los últimos leones de Argelia, otro, mi abuelo paterno, quien pilotaba un avión taxi entre Túnez y Argelia, otra, quien dejó Ibiza a los 13 años para vivir en un país desconocido, y todos, quienes, en uno momento u otro de su vida, dejaron su país de nacimiento para vivir en otro. Me siento orgullosa  de ser hija, nieta, bisnieta….. de europeos de ÁfrIca.  Me ha abierto la mente a otras culturas, a otra forma de ver la vida, aunque en mis primeros años sentí durante mucho tiempo la estrechez aburrida de haber nacido, la primera de la familia , en Francia, lejos de las panteras, de las hienas, de las tribus del Sur que venían bailar a Argel. 

Hoy siento esta nostalgia, este recuerdo de los que se han ido, pero más allá de todo, este gran amor por mi familia, quien supo, en las alegrías como en las penas, enseñarme que hay raíces más fuertes que las de nacer en un país; son las del amor, y de la fidelidad a este amor.

Ayer leí un libro sobre la vida del padre de un amigo, escrito por el propio hermano de mi amigo.  Aquí también, la familia, el amor, en los momentos duros como en los de alegría. Estaba leyendo, con una manta para protegerme de la humedad, y también para entrar en esta sensación cálida, y  percibí,  muy  profundamente, la riqueza del corazón humano cuando sabe recordar a los que se han ido, y celebrar así la vida mirando a los que están aquí.

En mi sangre corren mis antepasados, vivos y felices. Y cuando miro a alguien, cuando le sonrío, se que le estoy sonriendo a esa persona, pero también se que lo estoy haciendo a todos sus ancestros.

Felices castañadas!